Pascua: El camino de la cruz
Jesús, cargando sobre si la cruz , salió de la ciudad para dirigirse al
lugar llamado «del Cráneo», en hebreo, «Gólgota». Allí lo crucificaron; y con él
a otros dos, uno a cada lado y Jesús en el medio ". ( Jn. 19, 17-18)
PRIMER MOMENTO: La propuesta de este
encuentro es adentrarnos
en el corazón de Jesús y vivir junto a él su «hora» más importante:
la hora de su Pascua. Vamos a recorrer junto al Señor el itinerario que lo llevó
a dar la vida por amor a nosotros y dejarnos atravesar por el inmenso gesto de
amor del padre que ofrece a su hijo y su hijo que ofrece su vida. El Papa, habla a los jóvenes con motivo de haber
compartido con ellos el Vía Crucis.
Mientras
avanzábamos con Jesús, hasta llegar a la cima de su entrega en el Calvario, nos
venían a la mente las palabras de
san Pablo : «Cristo me amó y se entregó por mí» (Gál 2, 20). Ante un
amor tan desinteresado, llenos de estupor y gratitud, nos preguntamos ahora:
¿Qué haremos nosotros por él? ¿Qué respuesta le daremos? San Juan lo dice
claramente: «En esto hemos conocido el amor: en que él dio su vida por nosotros.
También nosotros debemos dar nuestra vida por los hermanos» (1 Jn 3,16). La
pasión de Cristo nos impulsa a cargar sobre los hombros el sufrimiento del
mundo, con la certeza de que Dios no es alguien distante o lejano del hombre y
sus vicisitudes. Al contrario, se hizo uno de nosotros «para poder compadecer él
mismo con el hombre, de modo muy real, en carne y sangre… Por eso, en cada pena
humana ha entrado uno que comparte el sufrir y padecer; de ahí se difunde en
cada sufrimiento el consuelo del amor participado de Dios y así aparece la
estrella de la esperanza»
SEGUNDO MOMENTO: El Vía
Crucis:
Para realizar el Vía Crucis será necesario ambientar
nuestro lugar de encuentro, con las catorce estaciones (aquí incluimos la
decimoquinta, que es la Resurrección del Señor) en carteles que pegaremos en el
salón. Puede resultar conveniente también que cada participante tenga en su mano
una hoja con todas las estaciones para poder así facilitar la
reflexión.
En cada una de las estaciones, el catequista o
coordinador hará una breve introducción y cada participante tendrá unos minutos
de reflexión personal que girará en torno a las preguntas que aparecen en las
fichas. Luego en grupos de tres, se dialoga y comparte lo reflexionado.
Iniciamos este camino con una oración grupal reunidos frente a la imagen de
Jesús crucificado. Luego invitamos a ir recorriendo el camino de Jesús hacia su
Pascua, guiados por las estaciones que aquí mostramos:
TERCER MOMENTO: Oración: Terminamos
el encuentro con una oración grupal. Sentados en ronda el catequista o
coordinador tomará un crucifijo y expresará espontáneamente una oración, que
diga con sencillez lo que ha significado el recorrido del Vía
Crucis.
Luego lo pasará a un participante para que exprese su
oración y éste lo pasará a otro integrante hasta completar la ronda. Luego,
todos juntos dicen:
Señor, Jesús crucificado, hijo de
María:
Abre tus oídos y escúchame, como escuchaste la
voz de tu amado Padre;
Abre tus ojos y mírame, como miraste a tu madre
desde la
cruz ;
Abre tus labios y háblame, como hablaste a tu
discípulo para llamarlo hijo de María;
Abre tus brazos y abrázame, como los abriste en
la cruz para abrazar a
todos los hombres;
Abre tu corazón y lléname de tu gracia, como
derramaste sangre y agua de tu costado. Amén.
«En esto hemos conocido el amor: en que él
entregó su vida por nosotros. Por eso también nosotros debemos dar la vida por
nuestros hermanos». 1 Jn. 3, 16
La Biblia y los Jóvenes
por Ricardo Stirparo y Horacio Prado
Abril 2012 – Diálogo 2012
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